Sábado 27 de abril de 2013
14:00 h
C.D. QUIRINAL “B”: 1
NAVARRO C.F. "B": 1
ENTRE LA EUFORIA Y LA DECEPCIÓN
Si la mañana de dejaba la alegría de Barres-AsturVegadense, la tarde dejaba la decepción del empate.
DE INICIO
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También jugaron: Adrián, Diego González y Viti.
Este partido se disputaba en dos partes. Lógico. La primera y la segunda. Pues no. Por la mañana y por la tarde.
Por la mañana el Barres jugaba la primera parte ante el Asturvegadense y cumplía. En un partido loco se imponía por 3-1 a los de Vegadeo, que disparaba el optimismo de los avilesinos. De locales y de visitantes.
Los de Mino y Nacho podían dar un paso de gigante en sus aspiraciones y los de Valliniello podían reengancharse a la segunda plaza.
Y el fútbol no es un deporte que se pueda practicar con ansiedad. Tantos deseos tenían los visitantes tantos ardores los locales que el juego se transformó en gimnasia sueca. O dicho de otro modo: desapareció el sentido lúdico del fútbol. La pelota dejó de ser un juguete para ser tratada como una llave inglesa. Y el efecto fue inmediatamente demoledor: si los de abajo no se divierten es imposible que lo hagan los de alrededor.
Los quirinos salieron a jugar la pelota, se imponían en lo físico y en lo táctico. Trasladaban la pelota hasta sus delanteros, pero se perdían en la inmensidad de la portería.
Para el Navarro, el objetivo fue practicar el contragolpe. El propósito fue tan arduo como disparar flechas sin arco. Sus menudos delanteros pretendían ser flechas, pero les faltaba el arco que los lanzara con precisión.
En tales condiciones, los goles fueron un milagro de la naturaleza, un arco iris en una fábrica de tornillos. Cada uno incluyó su rareza y los dos fueron similares.
El primero, el del Navarro, apoyado en una jugada que ha terminado por convertirse en un asunto filosófico. Jugar la pelota desde el portero o mandarla al sexto anfiteatro. Así que Isma decidió jugarla y se la robaron.
Apenas habían transcurrido unos minutos e imaginamos un nuevo guión, un derbi distinto, disputadísimo; al rato entendimos que la inercia es como la corriente del Amazonas: irresistible.
De modo que al rato empato el quiri. Un balón largo que el portero no bloca y al que llega Guillermo para remacharlo.
En la segunda parte, el Navarro dobló las dosis de coraje y arrinconó durante minutos a los locales por pura cabezonería.
La rapidez de las hormigas atómicas azulgranas ponían en jaque a la defensa verdinegra que hacía horas extras para detenerlos. Pero lo hicieron.
Así que tras el final de los cuatro tiempos, el quiri está un punto más y a un partido menos del objetivo
GOLEADORES
Guillermo: 1