Pero lo ocurrido este año va mucho más allá de algo histórico. La clasificación del Alevín A para la fase final de Mayo, si la liga no lo impide, supone al culmen de algo que el club Deportivo Quirinal llevaba buscando, casi desde su creación.
Pero vayamos por partes. Empecemos por los menos ganadores. Porque esa es otra, de los equipos que participaban en el torneo, el A y el B se clasificaban para las eliminatorias, el C se quedaba fuera por diferencia de goles y el D, a pesar de cosechar 4 derrotas, competía con dignidad en su primera participación.
Vayamos con los héroes. Comenzaban de los chicos de Rober y Mario ganando el primer partido al Lampon por 9-1, para caer en el segundo con O Grove por 2-5 y sembrando algunas dudas en el respetable. Ya por la tarde, volvía a coger resuello ganando por 0-1 al Crocha en un partido muy serio. Para sellar el pase definitivo, una victoria balsámica por 0-3 ante el Arnelas B.
Con el primer objetivo cumplido, lo que dejaba claro el equipo hasta ese momento, es que le fútbol 7 le venía mejor que el fútbol 8 y que si bien el juego no era ni preciosista ni para enmarcar, porque el equipo no es para eso, si que se iban a dejar hasta la gota de sudor. Ya dije durante la liga, que este equipo ya no se rinde.
Y así nos plantamos en el primer cruce, contra el Lalín A. Partido de poder a poder, donde el quiri contenía en defensa a los gallegos y sobre todo a su número 9, una pulga atómica que había hecho estragos en las defensas contrarias durante la fase de grupos, para salir a la contra como tiros. Y en una de ellas, diana. Miguel que roba un balón y lo manda en largo para Alex, que la cruza por bajo, y generar el primer delirio.
El siguiente cruce, nos deparaba el partido del campeonato. Ante el Montañeros, para mi el mejor equipo del torneo, se produjo la madre de todas las batallas. Un resumen BarÇa-Madrid de liga. Empate a 1. El Montañeros, tocaba y tocaba, movía la pelota de un lado a otro y buscaba de forma incesante la portería del Quiri, que se agarraba al partido gracias a Mario.1 paradon, 2 paradones, 3, 4 hasta que ya no pudo más. 1-0y lo que parecía venir. Pero no. El Quiri se juntó, se agarró al partido como un naufrago se agarra a una tabla por pequeña que sea y agotó o desesperó a los coruñeses, que poco a poco iban cesando en el acosó y derriba que hasta entonces habían perpetrado, permitiendo que el quiri empezase a estirarse y crear peligro. Y cuando quedaban apenas 5 minutos, el Dios Eolo y la Diosa Fortuna, se juntaron para poner el empate en el marcador. Falta en un lateral del campo y muy cera del medio campo. LuisMi que se dispone a sacarla para ponerla en el punto de penalti. Balón bien puesto, pero plano, relativamente fácil para el portero. De repente un soplido huracanado de Eolo produce una racha de viento que cambia la trayectoria del balón y hace que el portero se la trague. Empate a 1 y a espera de los penaltis.
Y que penaltis. Desde que estos mocosos llevan jugando a esto del fútbol, nunca les había visto tira unos penaltis de esa forma. Sin miedo, opciones para el portero. Primero Alex, después de Diego y luego Miguel. Y en el tercero del Montañeros, Abel Roíz entraba en acción para sellar un pase a semifinales que no se creía ni el más pintado.
Y llegó el último partido y una sensación de ¿Y si lo hacen? Ante el coruxo B, equipo que había eliminado al B en el primer cruce.
Y de nuevo otro partido serio, malencarado, en que el coruxo tenía mas la pelota, pero daba menos sensación de peligro que el Montañeros, y donde los porteros soberbios todos, mantenían vivos a los equipos.
Y de nuevo los penaltis. Esa suerte maldita que te sube a los altares o te manda al infierno por una pulgada de más o de menos.
Y de nuevo Alex, Diego y Miguel. Tres de tres, soberbios los tres. Como el Coruxo. Más madera. Abel Suárez, suavecito, a un lado, el portero al otro. Golazo. El Coruxo tampoco falla.
Los corazones a 200.Los desfibriladores a punto.
El quinto, LuisMi, sencillo, a un lado. Gol.
Turno para los gallegos, Abel Roiz en la línea de gol, se mueva sobre ella, pasito a un lado, pasito al otro, el balón a una esquina y la manopla de Abel a la misma.
¡LO PARÓ! ¡LO PARÓ! ¡LO PARÓ! EXTASIS.
50 jugadores de 4 equipos formando una piña en el campo, celebrando una victoria que consiguieron unos, pero que es todos los que allí estuvieron, este año y en años anteriores.
